05 Jul Tras las huellas de la lluvia
Tras las huellas de la lluvia
En noviembre de 2022 me encontré participando en el taller Expert workshop on possible ways to enhance the participation of Indigenous Peoples in the work of the Human Rights Council en Ginebra. Mientras avanzaban las discusiones mi mente hilaba un argumento breve para proponer que la participación de los Pueblos Indígenas en los foros de la ONU también debería fomentar el uso de los idiomas Indígenas porque transmiten nuestras formas de sentir, pensar y relacionarnos con la Tierra y sus habitantes no humanos.
Como Indígena Maya, he participado en el Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas en Nueva York (FPCI), en el Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (MEDPI) en Ginebra y en grupos de trabajo en defensa del agua que tuvieron lugar en la región Maya del sureste de México. Uno de los grandes obstáculos que encuentro en estos espacios es la dificultad de traducir los conceptos Indígenas en los idiomas oficiales de la ONU.
Fue durante un paseo de descanso después de la Lluvia, en los alrededores de la Villa Diodati (Ginebra), que comencé a pensar en un argumento para contribuir al Workshop.
Mientras caminaba por las calles ondulantes de la municipalidad de Cologny, el sonido de los hilos del agua me iba guiando calles abajo hacia el lago Léman. El musgo abunda en las aceras y los muros a lo largo de estas calles. Sin darme cuenta, mis pensamientos me llevaron al otro lado del océano, hasta las comunidades mayas. Ahí me vi hablando con mis familiares sobre el musgo que crece sobre las rocas y a lo largo de los caminos en la temporada de Lluvias. Es un musgo distintivo que conocemos como Xanab Cháak, las sandalias de Cháak.
Cháak o más bien Yuum Cháak es Señor-Señora Lluvia en Maya yucateco.
Se preguntarán ¿por qué escribo Lluvia con mayúsculas? Bueno, porque en Maya las personas nos referimos a la Lluvia como a un ser y no tanto como a una cosa. De hecho, el pronombre Yuum se usa igualmente para dirigirnos de forma respetuosa y ceremoniosa a las personas mayores, por ejemplo, a nuestros progenitores, o a seres no humanos. Por ello, no es extraño que en las comunidades Mayas de México las iglesias cristianas, en su interpretación de conceptos Indígenas escriban en sus fachadas U Náajil Yuum K’u: la Casa del Señor Dios. Interesantemente, los feligreses comprometidos con una traducción ontológica equiparan la naturaleza metafísica de la Lluvia con la de Dios.
Mientras fotografiaba el musgo de los muros, las calles y aceras me iban descubriendo el camino del agua. Por su parte, Yuum Cháak ayudaba a hilar mis primeros argumentos para el workshop…
De pronto, la voz de un par de vecinos trajo de vuelta mis pensamientos a Ginebra. Era una pareja de personas mayores que parecían muy interesados en mí mientras fotografiaba el musgo de los muros de la Villa Diodati. Posiblemente pensarían que era uno de los tantos turistas que cada día se toman selfies frente a la mansión donde se dice que Mary Shelley concibió su Frankestein. Quizá tuvieran razón, aunque sólo en parte porque justo en aquel momento estaba siguiendo las huellas de la Lluvia en su peregrinaje hacia el lago Léman.
————
Estas entradas del blog tienen el fin de abrir una ventana para dar un vistazo al trabajo de RIVERS. En dos breves textos tengo el gusto de compartir algunas experiencias en el contexto de mi trabajo como investigador postdoctoral dentro de la línea de investigación II: Sistema de Derechos Humanos de la ONU.
sobre el autor
Manuel May – Investigador Postdoctoral en el proyecto RIVERS (Universidad Carlos III de Madrid)