25 Jul RIVERS behind the scenes. RIVERS EN NEPAL: Los monos también tienen sed
Los monos también tienen sed
Katmandú, la capital de Nepal, una ciudad que te recibe con un paisaje repleto de edificios bajos multicolores, la promesa de increíbles ocho miles escondidos tras una atmósfera de polución, calles sin aceras y un orden vial consensuado (sólo comprensible para nepalíes) en un reinado de caos.
Durante los días de trabajo de campo en esta indescriptible ciudad, entrevistando a diferentes abogados indígenas y realizando talleres con documentalistas, tuvimos la oportunidad de visitar la estupa de Swayambhu. Situada en lo alto de una colina al oeste de la ciudad de Katmandú, es considerado uno de los lugares de culto budista más importantes, y es también venerado por los hinduistas. Esta estupa mandó ser construida por el rey Manadeva en el año 640 d.C., y se encuentra rodeada por un complejo de monasterios y templos designados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
El impresionante complejo, posee un perímetro prácticamente rodeado en su totalidad por ruedas de oración. Este lugar es conocido como «el templo de los monos», y no tardamos en averiguar por qué.
El acceso a la estupa, situada en lo alto de la colina, se realiza a través de unas centenas de escalones. Allí se instaura lo que parece el reinado de los monos, considerados criaturas sagradas. Estos macacos (Macaca mulatta) son conocidos por sus artes para hacerse con la comida de los turistas desprevenidos. Es por ello que, acudimos sin ningún tipo de alimento.
Al cabo de 2 horas recorriendo el templo y asistiendo a unas ceremonias budistas, tuvimos sed y nos hicimos con unas botellas de agua. En un momento de tranquilidad, sacamos nuestras botellas para beber. Segundos después realizamos unas cuantas instantáneas para intentar captar la magnificencia del lugar, cuando repentinamente un mono se acercó emitiendo algún que otro chillido por la espalda para engancharnos con cierta agresividad. No entendíamos qué sucedía, quizás estábamos invadiendo parte de su territorio, lo cual nos extrañó ya que multitud de personas se habían congregado en ese mismo lugar minutos antes. Nos miramos, y nos dimos cuenta que lo que querían era lo que habíamos hecho instantes anteriores, beber agua. Como un instinto y para evitar el ataque, guardamos rápidamente las botellas y vimos cómo se aproximaban con rapidez hacia una mujer que tenía un vasito de té. La mujer se lo ofreció, pero el mono ante la alta temperatura del té que bebía, tiró el vaso y se fue.
Nos quedamos atónitos ante el espectáculo. Los monos ya no solo intentan capturar el alimento de los turistas, sino que los monos tienen sed.
Navegando en la web, no es difícil encontrar información con ejemplos parecidos al percance que vivimos e instantáneas de monos ya no sólo bebiendo de botellas de agua, sino de botellas de marcas de bebidas dulces y carbonatadas (1).
De hecho, la información que encontré en revistas de Katmandú, como en The Himalayan Times (2), hace referencia a problemáticas de los monos en otros templos de la ciudad en 2014. Concretamente en el templo Pashupatinath, situado en la zona este de la capital, donde se estima que viven más de 600 monos.
En este artículo se expone que el área de Pashupatinath enfrentaba problemas severos de escasez de agua. Como solución «Colocamos los recipientes de agua para los monos como solución a corto plazo». Al parecer, en la zona se produjeron casos de ataque a los visitantes, por lo que planeaban realizar un «estudio del comportamiento de los monos en la zona de Pashupati para comprobar si los animales causan algún daño a los peregrinos». Las autoridades ya admitieron que la solución real conllevaba eliminar la contaminación del río que baña Katmandú, el río Bagmati, y sus principales afluentes (2) (Bishnumati, Dhobi Khola, Manohara Khola, Hanumante Khola and Tukucha Khola).
Este conocido río es venerado por Hinduistas y Budistas, en sus orillas se sitúan templos hinduistas, donde se realizan cremaciones.
La principal causa de la contaminación del río se debe principalmente a la actividad industrial (fabricación de hormigón, textil (alfombras)) que vierten sus desechos al río, así como hacen los hogares (3), las cremaciones … además de los vertidos de tipo farmacológico identificados, cuyo origen se desconoce.
Además de la contaminación, el importante proceso de urbanización que se da desde 1990 en el valle de Katmandú se ha producido a uno de los ritmos más rápidos de Asia y sin ordenación territorial. La población ha pasado de más de medio millón en 1991 a más de dos millones en 2021. Esto provoca la reducción de la superficie de la cuenca del río, construyendo en la zona de ribera carreteras y edificios. Muchos de los humedales y arrozales que absorbían la lluvia de los monzones y engrosaban la capa freática también han sido pavimentados desde entonces (4,5).
Unido a todos estos procesos, el cambio climático ya está provocando alteraciones en las precipitaciones, lo que conlleva fuertes episodios de lluvia con severas consecuencias, así como episodios de olas de calor.
Decenas de estudios y análisis científicos como el informe del IPCC han advertido que Nepal es uno de los países más vulnerables a la crisis climática. Nepal ha estado experimentando cambios en la temperatura y la precipitación a un ritmo más rápido que el promedio mundial (6,7).
No es difícil encontrar información referente a las sequías existentes en Nepal y cómo afecta a las poblaciones rurales y, concretamente, a su capital Katmandú, bañada a su paso por el contaminado río Bagmati (artículo titulado Nepal struggles with blistering heat wave del pasado 16 de Junio de 2023 (8)).
Investigando y abriendo los ojos, rápidamente descubres que las botellas de agua no son sólo para los monos…
A lo largo de nuestra estancia en Katmandú, cada día veíamos camiones distribuyendo botellas de agua de plástico de distintas capacidades. En el hotel nos proporcionaban dos botellas de agua potable de 1,5 litro / día.
Ahondado un poco más, descubrimos los problemas de la gestión (o la ausencia de ella) que está llevando a la explotación privada del agua mediante el uso de camiones cisterna, y el negocio implícito.
Tal y como retrata este artículo del The New York Times article from 2020 (9): «Los camiones cisterna suelen suministrar agua de mala calidad, que puede enfermar. Suelen cobrar mucho más que el Estado, lo que perjudica a los pobres. El agua de los camiones cisterna cuesta de media 10 veces más que el agua corriente suministrada por el gobierno»…» estos hombres y sus camiones cisterna evitan a veces que ciudades enteras se queden secas».
Admirando la gran cordillera del Himalaya, uno de los pensamientos que compartimos se resumen en la frase de Peter Schwartzstein (9): «Encaramada al pie del Himalaya, rica en agua y bendecida con un feroz monzón, Katmandú nunca debería haberse convertido en un ejemplo de los peligros de la dependencia de los camiones cisterna».
En Katmandú, que los monos tengan sed, es la punta del iceberg.
Referencias:
(1) https://www.dw.com/en/nepal-struggles-with-blistering-heat-wave/a-65941491
(2) https://thehimalayantimes.com/kathmandu/padt-sets-six-water-pots-monkeys-pashupati-area
(4) https://www.nytimes.com/es/2022/10/11/espanol/katmandu-nepal-agua.html
(6) https://www.climatelinks.org/resources/climate-risk-profile-nepal
(8) https://www.dw.com/en/nepal-struggles-with-blistering-heat-wave/a-65941491
(9) https://www.nytimes.com/2020/01/11/business/drought-increasing-worldwide.html
SOBRE LA AUTORA
Ana Paula García Nieto – Gestora del proyecto RIVERS (Universidad Carlos III de Madrid)