Círculo de la palabra: Reparación del Territorio y la Naturaleza como víctima

“No es capricho que los pueblos indígenas estén siempre protegiendo a la Naturaleza,
es el amor a la vida lo que nos impulsa a seguir permaneciendo.”
Mamo Meijabin, Pagamento de cierre.

Como cierre de la semana de conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, la Comisión Étnico-Racial de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y el Proyecto ERC RIVERS (UC3M) organizaron el día 14 de agosto de 2020 un debate titulado: Armonía de la Madre Tierra: reparación del Territorio y la Naturaleza como víctima. La Magistrada Belkis Izquierdo de Colombia moderó el círculo de la palabra, el cual tuvo como participantes a las abogadas indígenas Jovita Tzul Tzul (Guatemala) y Cecilia Baltazar (Ecuador), así como al líder Maurício Ye’kwana (Brasil) y Lieselotte Viaene (UC3M). Durante la sesión las personas asistentes compartieron sus conocimientos y experiencias respecto de: 1) la importancia del Territorio y la Naturaleza para sus pueblos; 2) las dinámicas de violencia y principales daños a los que se enfrentan, y 3) sus recomendaciones para materializar la reparación de los Territorios y la Naturaleza.

Magistrada Belkis Izquierdo

A partir de sus cosmovisiones, experiencias y luchas, cada panelista reiteró cómo el Territorio y la Naturaleza –en letras mayúsculas, como sugiere la Magistrada– son sujetos de derecho con identidad y dignidad propia; que sienten, piensan, se expresan, que se regocijan en la paz y sufren con la guerra, como nosotros.

Cecilia Baltazar, del pueblo Kichwa de Ecuador, señaló como los pueblos indígenas de su país luchan diariamente para “dejar atrás el pensamiento hegemónico en cual la naturaleza es solo un objeto de explotación, sólo un recurso”. Desde la llegada de los colonizadores ha habido varias afectaciones de los territorios de los pueblos indígenas en toda Latinoamérica y, en consecuencia, también de los derechos de la naturaleza. Hoy el desalojo es promovido por las empresas privadas de explotación de madera, petróleo y minerales, con el pretexto de generar recursos que promuevan el desarrollo del país. Cecilia nos invita a pensar si el Estado ha promovido un modelo de desarrollo para toda la población de Ecuador o si esas medidas económicas, por el contrario, solo han beneficiado a un grupo particular. Al respecto concluye que:

  “en el momento en que los habitantes de los territorios de dónde se sacan los recursos económicos necesitan atención por parte del Estado, el Estado simplemente les da la espalda”

Sin embargo, la Constitución de Ecuador (2008) reconoce los derechos colectivos de los pueblos indígenas a sus territorios y es pionera en reconocer a la naturaleza como sujeto de derechos. Por eso, Cecilia considera que no es necesario legislar, sino establecer sentencias y sanciones para lograr que lo que está en la Constitución se haga efectivo en la práctica. En este sentido, hace referencia al caso Sarayaku vs. Ecuador del 2012, en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos obligó al Estado a adoptar mecanismos de reparación hacia el pueblo Kichwa y dispuso la realización de una consulta previa obligatoria en futuros casos de explotación de recursos naturales en territorio indígena. Así mismo, ratificó que los pueblos y nacionalidades indígenas tienen sus propios sistemas de justicia –también reconocidos por la Constitución-, a partir de los cuales, las autoridades indígenas pueden defender los derechos de la naturaleza.

“los pueblos Mayas son hijos e hijas de la tierra,  por la tierra y para la tierra se organizan,
buscando cuidarla y defenderla”
(Jovita Tzul Tzul).

Para los pueblos indígenas de Guatemala la situación de violación de sus derechos no es diferente. Según Jovita Tzul Tzul, los pueblos Mayas son “hijos e hijas de la tierra, por la tierra y para la tierra” se organizan, buscando cuidarla y defenderla. Manifiesta que, desde la conquista, pasando por la reforma liberal del país y el conflicto armado interno, los pueblos indígenas han sido despojados recurrentemente de sus territorios ancestrales. Los 36 años de guerra han marcado Guatemala con masacres y desapariciones, siendo la gran mayoría de víctimas indígenas (casi 83% según la Comisión de la Verdad). El despojo para la construcción de destacamentos militares también constituyó un mecanismo de aniquilación de los pueblos indígenas, pues separó a las comunidades de su tierra, es decir, las alejó del elemento más importante conforme a su cosmovisión. El Estado de Guatemala nunca ha devuelto las tierras a las comunidades, sino, más bien, ha planteado a las comunidades la opción de comprarlas. Entretanto, un avance jurídico se ha observado en una reciente sentencia emitida por la Corte Constitucional de Guatemala, en la que se da respuesta a una demanda interpuesta por autoridades indígenas de diferentes grupos mayas  respecto de la contaminación de un rio por actividades de monocultivo. En esta sentencia, la Corte reconoce al agua como un ser vivo, declara al rio como sujeto de derechos y dispone la creación de una legislación que lo proteja. Así mismo, reconoce la existencia de una relación material y espiritual de los pueblos indígenas con el agua.  Para Jovita, “a partir de ese insumo hay que pensar cómo reparar todas las violaciones que se han causado también a la tierra y al territorio. Esa reparación debe ser transformadora y generar un procedimiento de no repetición”.

“la principal amenaza a los pueblos en la Amazonía es la minería ilegal, que sistemáticamente genera violencia, división de sus comunidades y acoso sexual hacia las mujeres”
(Maurício Ye’kwana)

Maurício Ye’kwana, nos cuenta que la principal lucha de los pueblos indígenas en Brasil es que el Estado reconozca  sus territorios ancestrales por medio de la demarcación de tierras, derecho originario reconocido en la Constitución brasileña (1988). Maurício señala que hoy la principal amenaza a los pueblos en la Amazonía es la minería ilegal, que sistemáticamente genera violencia, división de sus comunidades y acoso sexual hacia las mujeres. El actual gobierno, además de la omisión en relación a su deber de demarcar y proteger las tierras indígenas, aún apoya la minería dentro de las mismas. Por otro lado, los pueblos indígenas en Brasil están organizándose para construir sus propios Planes de Gestión Territorial y Ambiental (establecidos por la Política Nacional de Gestão Ambiental e Territorial Indígena, 2012), en los cuales le dicen al Estado como viven y cuidan de sus territorios y de la naturaleza, a partir de sus propias reglas y conocimientos. También establecen sus propios Protocolos de Consulta, que les permiten a los pueblos y comunidades indígenas llegar a acuerdos internos sobre quién les representa y cómo se deben llevar a cabo los procesos de toma de decisiones en caso de consulta con el Estado. Son documentos construidos colectivamente para el diálogo intercultural.

Los temas de la traducción interlegal y del pluralismo jurídico se hicieron presentes en todas las contribuciones de los panelistas. Lieselotte Viaene, señala que “es necesario a veces regresar al origen de estos conceptos complejos [territorio, violencia, reparación] para entender cuáles son los fundamentos de cada concepto jurídico”, tanto en el derecho occidental como en los sistemas indígena de justicia. En las comunidades Maya Q’eqchi’ en Guatemala, ella notó que el concepto de “territorio” nunca había sido mencionado ni reclamado en las narrativas de los ancianos antes de que recibieran formación sobre los estándares internacionales de los derechos de los pueblos indígenas. El concepto de “resarcimiento”, central en el Programa Nacional de Resarcimiento, no existía en la lengua Maya Q’eqchi’,  pero se tradujo como “remendar (de tejido) las heridas del conflicto armado”. Sin embargo, para los ancianos, el genocidio que ocurrió durante el conflicto armado no fue como “un huequito que se pueda remendar”, pero si “un huipil (tejido) completamente roto”. Para avanzar en la construcción del diálogo intercultural, entre el Estado, las comunidades indígenas y las judicaturas, hay que crear suficiente espacio para que los pueblos indígenas puedan participar efectivamente en los diseños de estas políticas públicas. Desde la academia, por ejemplo, en las facultades de derecho, también es necesario incorporar otras epistemologías al derecho, sino esta propuesta teórica de diálogo intercultural nunca llegará a funcionar.

La Magistrada Belkis Izquierdo propone al final de este Círculo de Palabras que comencemos a “repensar una nueva forma de relacionarnos para que la vida sea sagrada para todos los seres. Porque si queremos paz, la paz llega en la medida que logremos un relacionamiento equilibrado, respetuoso con todos los elementos del Territorio y la Naturaleza”.

Se cerró este Círculo de Palabras con una Ofrenda de Pagamento iniciada por el Mamo Arhuaco Meijabin de la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia), quien invitó a todos los participantes reflexionar sobre las preguntas ¿Quién de nosotros le ha pagado en algún momento la energía al sol? En las ciudades pagan mensualmente la energía que reciben, pero ¿quién está pagando la energía al sol, el espíritu de la lluvia que da tanto beneficio a la tierra misma? Cuando nosotros hablamos de pagamentos, es una forma de agradecer, más allá de agradecer, de equilibrar, de reconciliar, de restaurar la armonía, de crear un balance, una reciprocidad por todo lo que recibimos. Es hacer entender que no es la naturaleza, es nosotros, es parte de nuestra esencia… La persona que no ama a la Madre Tierra no se ama a sí misma.

 

El vídeo completo del círculo de palabra se encuentra disponible aquí: rivers-ercproject.eu/media

La obra de pintura central en el cartel es del artista indígena Inga de Colombia Kindi Llajtu y se llama “Canto cielo azul” (2020)

daniel vera
dani@danivera.com